jueves, 28 de diciembre de 2017

El ser humano y sus miserias

Hoy no me he podido resistir a escribir sobre un tema que creo que refleja perfectamente la miseria del ser humano como especie.
Tengo un amigo que dirige una franquicia de seguros y hemos estado hablando un rato. 
Es una persona muy trabajadora, hasta límites insospechados. Hemos estado hablando de que había gente que intentaba timar al seguro y cosas por el estilo. A esto se ha llegado a través de lo que tienen que pagar los autónomos, las pensiones y lo que un autónomo tiene que pagar para tener una buena pensión.
El caso es que le he preguntado por un caso concreto de un accidente en el que estuve involucrado. En este un despiste hizo que un vehículo impactara con el de adelante y éste a su vez con el siguiente.
El accidente no tuvo más ya que era en caravana y la velocidad era nimia. El caso es que yo estuve con las tres personas que estaban allí. Una en el coche de delante y dos en el siguiente. Todos estábamos bien. Pues hablando de este caso, resulta que las tres personas de delante alegaron daños físicos y obtuvieron suculentas indemnizaciones.
"¡Daños físicos!?" Yo estaba allí, no había daños físicos. De hecho mantuve conversaciones telefónicas con todos semanas posteriores y todo bien.
Claro, todo bien porque iban a sacar una buena tajada.....
A mí hace un año me cayó un rayo y se estropearon ciertos electrodomésticos de la casa. Por suerte el portátil no. Tenía un portátil roto y un amigo me dijo "mételo en el seguro". ¿Porqué habría de hacerlo? Ese portátil no se me rompió producto del rayo. 
Posteriormente yo y mi pareja tuvimos un mini accidente de coche ya que un camión nos dio por detrás, en caravana también. No hicimos parte porque parecía todo correcto y bueno el leve dolor del cuello tampoco era para tanto. Aquí si fallamos ya que luego detectamos un bollo en el coche que no tenía antes pero bueno, fallo nuestro pero únicamente por eso.
Hace relativamente poco, yendo por Barcelona en bici un coche me atropelló pero iba muy despacio y no me pasó nada (Relativamente nada). Me sorprendió que lo primero que hizo la gente que estaba por allí es venir y decirme "llama al seguro, esto lo tienes ganado". Es de locos ¿no?. El hombre salió del coche asustadísimo, lo estaba pasando realmente mal y, yo en principio, no me había hecho daño. ¿Porqué debía denunciar? ¿Para ganar dinero?
En este caso al poco de reanudar la marcha me di cuenta que me dolía la muñeca. Al final me la tuve que vendar y estuve una semana con la muñeca un poco mal. El hombre me llamaba para ver la evolución.
Sé que podría haber sacado dinero pero a cambio de qué. Este hombre estaba arrepentido de su fallo. Y fue un fallo, no iba a toda hostia ni nada por el estilo, simplemente se despistó un momento y aunque podría haber sido algo grave no lo fue. La actitud de él fue honesta y sincera en todo momento, ¿porqué darle más vueltas?
La reflexión a la que me lleva esto es que esta sociedad quiere que el sistema funcione, quiere que las aseguradoras pongan buenos precios, quiere que cobremos las mejores pensiones posibles, quiere que la sanidad funciones.... En resumen, quieren que funcione el sistema que tenemos pero luego hace lo posible porque este no sea viable ya que lo pervierte en cuanto puede.
Y al final pagan justos por pecadores, pagan más aquellos que menos defraudan ya que asumen aumentos de muchos servicios que suben precios debido a los fraudes que ellos mismos sufren.
Os aseguro que mi amigo no vive entre oro, que es una persona que se levanta cada día y le echa más horas que un reloj así que no me vale lo de "las aseguradoras están forradas".
Y esto lo podemos extrapolar a muchos otros actos:
Colarse en el metro, trabajar en negro, tarjetas Black......
En fin, que me apetecía hacer está reflexión porque en españa sigue primando el pillo, el listillo, el que menos hace y más gana en lugar de ser el señalado.... y el pobre que trabaja, que estudia, que se dedica con pasión a algo es "el pringao"... y así nos va señores.